El turismo entendido como como un “FENÓMENO SOCIAL que actualmente abarca, no solo el mundo entero, desde el punto de vista geográfico, sino también todos los estratos y grupos sociales”[1] ha rotó muchas barreras limítrofes y de paso, ha avanzado convirtiendose en una voraz industria, carácter que pone en entredicho su modelo y nos expone ante el mundo como factor causante de muchas problemáticas socioambientales.
Estar encerrados en esta cuarentena debido a una pandemia mundial, me hace repensar muchos de los elementos propios de la llamada “industria turística”: ¿hacia dónde vamos?, ¿cómo hubiese sido esta situación si no hubiesen más de 120.000 vuelos recorriendo los cielos del mundo por día?. Realmente si somos conscientes de las cifras, es escalofriante pensar en la contaminación que estamos generando, la cantidad de litros de gasolina que consumimos en los viajes y, adicionalmente, la extrema conexión entre los seres humanos, factores que nos llevan a reconsiderar -o por lo menos cuestionar- la sostenibilidad de la globalización.
El Coronavirus se esparció por el mundo en tan solo dos meses, en algún momento lo veiamos lejano en Latinoamerica, sin embargo los viajeros poco a poco fueron llevando el virus a sus lugares de origen y hoy ya estamos viviendo las consecuencias a nivel mundial. Desafortunadamente el turismo jugó un papel central, convirtiéndose en el canal transmisor más rápido y efectivo para el virus. Como producto de esto fue la primera industria en paralizarse como respuesta “retroviral”.
Indudablemente el turismo tendrá un antes y un despúes del COVID 19. Además de ser uno de los sectores más afectados económicamente, se enfrentará a grandes retos en el futuro. La sostenibilidad REAL (no la enfocada a cumplir una norma técnica) es lo que los nuevos viajeros van a empezar a buscar en sus experiencias. Adicionalmente, creo que los paises empezarán a controlar el turismo masivo de una u otra forma, lo cual representaría el más ideal de los escenarios. Paises como Italia, con ciudades como Milán o Venecia completamente saturadas de turistas, deben volcarse hacia la toma de conciencia: su economia tiene que empezar a mirar hacia otros horizontes, en la medida en que la “invasión turística” no puede seguir afectando social y ambientalmente a su comunidad.
Los expertos en turismo señalan que después del virus tenemos que “Reinventarnos”, esa es la palabra de moda por estos días en el sector, Pero ¿Cómo podemos empezar hacerlo? ¿Cuándo se reactivará el sector? ¿Que haremos mientras tanto? Estas preguntas han sido respondidas desde puntos de vista totalmente subjetivos y por ende diversos, y es que no hay otra forma de abordar estas cuestiones, puesto que nadie en verdad tiene la certeza de cuanto tardará la pandemia en ceder. La reactivación de la economía dependerá mucho de las acciones que cada gobierno tome y, en este sentido, el proceso seguido por cada país será diferente, lo que hace imposible saber desde ya lo que sucederá en el mañana.
La reinvención de nuestros procesos dependerá mucho, en mi opinión, de cómo se comporte el mercado; agobiarnos con la toma de acciones desde ya, sin saber el futuro de la industria, es un poco descabellado. En este momento podemos centrarnos en las gestiones financieras para cubrir a nuestros empleados y proveedores, adicionalmente creo que es un buen momento para apostarle al mercado digital. Aumentar nuestra visibilidad y comunidades en redes sociales, puede ser un apoyo futuro cuando se reactive la industria.
Algo que podemos hacer por ahora es apostarle al mercadeo, este no debe parar en nuestras empresas. Las agencias de viajes, operadores turísticos, hoteles y demás empresas del sector deben seguir proyectándose al público que está detrás de las pantallas, deben seguir difundiendo sus marcas y propósitos. También podemos ir haciendo una lista de actividades con las que podamos llegarle a mercados locales. Para los que trabajamos con turismo receptivo, sector que se reactivará más lento, esto cobra mayor relevancia, razón por la cual es importante ir pensando en productos que se enfoquen en el mercado local y apostarle a la apertura de otras líneas de negocio.
Se vienen grandes retos a nivel mundial, los que trabajamos en la industria turística debemos empezar a competir sobre una base constituida a partir de productos con consciencia ambiental y social, el mundo evolucionará hacia estas nociones. No es un momento fácil, hay incertidumbre y nadie podrá darnos respuestas verídicas en el sector. Frente a esta realidad tomemos acciones sin apuros, meditemos en el propósito de nuestras empresas y evitemos caer en la puesta en marcha de decisiones, sin antes haberlas meditado. El mundo está pidiendo que paremos, pensemos y evolucionemos, respetemos este proceso en nuestra vida personal y en nuestras empresas también.